Una vez que tu colonia de cría tiene alrededor de diez-doce meses de vida, ya deberías estar en condiciones de saber cuál es el macho dominante. También deberías tener una idea de cuáles son los dominados. Básicamente todos los Mbuna se reproducen igual, la única diferencia es si los huevos son fertilizados en el lugar de la puesta o en la boca de la madre. Esto nos lleva a la pregunta de cuál es el papel que las manchas ovoides de la aleta anal del macho. Muchos creen que esta es la única forma de sexar Mbuna. Otros creen que realmente no tienen nada que ver, y que esas manchas símplemente están ahí por un capricho de la evolución. Yo, ni tanto ni tan corto. No creo que puedas sexar un pez sólo por sus manchas, ya que las hembras también pueden tenerlas. Yo sí creo que la cantidad, tamaño y color de las manchas ovoides te pueden ayudar a sexar un pez, en combinación con su tamaño, coloración y aletas. Usando las pautas habituales; aletas puntiagudas vs. aletas romas, color A vs color B, tamaño y comportamiento, tu puedes sexa ya los peces. Algunos creen que el cometido de las manchas ovoides es el de incitar a la hembra a morder la aleta anal del macho, momento en el que se produciría la fecundación. Pero el hecho de que en muchas especies la fertilización se desarrolla fuera de la boca de la madre inutiliza esta teoría. Otros opinan que las manchas sirven para atraer a la hembra hasta el lugar de desove, quién sabe.
Bien, una vez que el grupo ha alcanzado la madurez sexual, es sólo una cuestión de tiempo que empiecen a criar. El macho escogerá un lugar para la puesta, dentro de uno de los tubos o en el suelo desnudo. Cortejará a todas las hembras hasta que encuentre una que responda a sus insinuaciones y le siga hasta el nido. La hembra pone los huevos allí y el macho los fertiliza. La hembra se vuelve, toma los huevos en la boca y pone otra tanda. Esto transcurre así hasta que se acaban los huevos, normalmente tras una hora. La hembra busca ahora un lugar donde esconderse mientras incuba. El macho se queda allí, esperando a próxima hembra.
A mí me gusta retirar la hembra incubadora a un tanque para ella sola o compartido con otras en idéntica situación. Creo que esto reduce el stress y le facilita la incubación. Las hembras aprenden pronto, y tras unas cuantas puestas parece que ya saben que van a ser llevadas a un tanque incubadora. A ellas les gusta, sin machos viciosos ni comida tentadora. Se mueve poco y no pierden tanto peso como las que deben incubar en el tanque de cría. Muy pronto aumentan el número de puestas y tú te ves invadido por alevines de mbuna.
Si quieres, puedes liberar las hembras de esta carga. Hay algunas incubadoras comerciales o puedes diseñar una tú mismo. Para que esto funcione es necesaria una cierta práctica, y no te debe desanimar el perder algún lote de huevos. El secreto está en el momento de abrirles la boca, no debes insistir con fuerza o matarás los huevos, una rotación suave de la mandíbula es el camino a seguir. Yo dejo a las hembras primerizas criar una ciantas veces de forma natural antes de vaciarlas.
Cuidado de los alevines
Cuando la hembra libera sus alevines, tras 21 o 28
días, son lo suficientemente grandes como para comer escamas vegetales
pulverizadas. Me gusta darlkes esto junto con nauplios. Los nauplios les
darán color a tus alevines, y debes dárselos hasta que alcancen unos
dos centímetros y medio. Recuerda seleccionar tus alevines, una cría
exitosa es también una cría de calidad.
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